Infancia y Pasión de Cristo

A los lados de la puerta y situados en cajas rectangulares sobre un basamento con cartelas de cuerpos retorcidos, se sitúan cuatro pasajes de la infancia y pasión de Cristo, complementados con una Sagrada Familia en Sacra Converzacione en el tímpano de la puerta de ingreso. Así, nos encontramos la Oración en el huerto y Caída camino del Calvario en el paramento exterior, y Anunciación y Nacimiento en el interior, enmarcando en el tímpano a la Virgen con el Niño y San José junto a San Juan niño. Se trata de los relieves mejor ejecutados de todo el conjunto escultórico de la portada, debido a su posición preeminente en la misma, escupidos de manera naturalista, con una cuidada ejecución, gran finura en los gestos y atención a los detalles. La Oración en el huerto se resuelve en dos planos en altura, separados por una línea de árboles. En la parte inferior se sitúan los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, dormidos, ajenos a lo que sucede en la parte superior, donde vemos la figura de Cristo arrodillado en actitud orante frente a un ángel que porta en sus manos parte de las Arma Christi: una cruz y un cáliz. La escena ocurre en el huerto de Getsemaní, en el monte de los Olivos, y refleja el momento en que Cristo busca consuelo a su agonía y acepta su destino. Sigue la Anunciación, representada como suele ser habitual en el interior de la cámara de María, cuando el arcángel Gabriel se le aparece anunciándole que está embarazada del Hijo de Dios. Se trata del momento de la encarnación de Cristo. La composición se resuelve en una diagonal de carácter ascendente, desde la figura de la Virgen hasta la de Dios Padre, que adquiere gran protagonismo, con su presencia rotunda sobre Gabriel. Destaca también por sus proporciones el jarro de azucenas, símbolo de la virginidad y pureza de la Virgen, y las armas heráldicas de la parroquia vianesa, que vemos repetidas en los pilones que marcan el perímetro exterior de la misma. Al otro lado se sitúa Cristo camino del Calvario, en una composición en altura, de gran abigarramiento, marcada por la figura de Jesús arrodillado vencido por el peso de la cruz, que actúa de separación entre su figura y la de los sayones y mujeres, entre las que se distingue en lo alto a Verónica con el paño en las manos. El Nacimiento marca también un doble plano en altura, en la parte inferior se sitúa Jesús en el pesebre y a los lados la Virgen y San José en actitud de adoración, y tras ellos una serie de figuras enmarcadas por una arquitectura renacentista, siguiendo la de la portada. Finalmente, en el tímpano de la puerta, y también en un doble plano, se sitúa la Sagrada Familia acompañada de San Juan niño y de varios ángeles adoradores, composición en la que destaca el volumen rotundo de la Virgen, así como su delicadeza.