Justificación

Nos encontramos ante una portada escenográfica, cubierta por una rica iconografía en la que se combina lo sacro con lo profano, con una simbología de gran complejidad. Dicha iconografía fue probablemente indicada por el obispo de Calahorra–La Calzada Juan Bernal Díaz de Luco (1495-1556), humanista de amplia cultura. En ella vemos como se mezclan escenas de la vida, pasión y muerte de Cristo, junto a la Asunción y Coronación de la Virgen, profetas y santos, junto con temas paganos, con dioses y héroes mitológicos, lo que nos ofrece la mitología clásica tamizada desde un punto de vista cristiano. Y todo ello con una finalidad, la proclamación de la redención de la humanidad a través del sacrificio de Cristo. De esta forma, los pasajes de la vida, pasión y muerte de Cristo nos hablan de su sacrificio por la salvación del hombre; la presencia de la Virgen María nos indica su papel predominante como intercesora de los hombres ante su hijo; David, San Juan Bautista y Zacarías son prefiguraciones y precursores de Jesús, que anunciaron su llegada; mientras que evangelistas y padres de la Iglesia son los difusores y defensores tanto del mensaje de Cristo como de la doctrina de la redención del hombre a través de su muerte. Mientras que los temas paganos también nos hablan de la figura de Cristo y la redención. Así, las escenas de Hércules nos asimilan al héroe por antonomasia de la antigüedad clásica con la figura del redentor, vencedor del bien sobre el mal, en la esperanza de la vida eterna tras la muerte, encarnada en el redención. Así mismo, la sinastría astrológica, además de ser el horóscopo del nacimiento y muerte de Cristo, nos alude a ese espacio celestial por el que transitan Cristo en su ascensión y María en su asunción. En fin, una iconografía que nos habla de la redención y salvación de la humanidad gracias al sacrificio de Cristo, así como de la esperanza en la vida eterna gracias a él.