El palacio de Olite
Por Javier Martínez de Aguirre
EL PALACIO DE OLITE EN EL PANORAMA DE LOS PALACIOS GÓTICOS NAVARROS |
Salas del piso noble
Es muy difícil hacerse una idea concreta del aspecto que podían tener las grandes salas palaciegas. Hemos comprobado que la documentación nos ofrece noticias de los pintores que decoraron paredes y techos. Muchos otros artífices intervinieron, como los carpinteros, ebanistas y yeseros, franceses e hispanos de distinta procedencia, tanto musulmanes como cristianos, que elaboraron muebles y armaduras para embellecer los espacios, etc. Abundan las referencias a Lope Barbicano, carpintero moro de Tudela, que ejecutó cubiertas de lazo, suponemos que muy hermosas, para las salas de mayor categoría. Parte del trabajo lo llevó a cabo en su taller de la Ribera.Las piezas allí talladas fueron finalmente montadas en Olite.
Como preciosa reliquia se conservan una serie de paneles de yeso en el muro septentrional de la Gran Torre, a la altura del piso noble. Las fotografías antiguas nos enseñan lo cerca que estuvimos de que también estos frágiles complementos desaparecieran, puesto que antes de la intervención restauradora del siglo XX solamente los protegía un tejadillo. Los motivos que los adornan responden a patrones de tradición islámica (lazos) y cristiana (motivos vegetales más realistas). Merece la pena detener la mirada en el modo como ciertos diseños muy frecuentes en la tradición andalusí fueron personalizados para el rey mediante la introducción de emblemas personales o familiares, como la hoja y los frutos de castaño.
De modo más fragmentario han llegado a nuestros días azulejos de suelos y paredes, que en parte fueron elaborados por maestros valencianos llamados por el soberano. Vestigios de pinturas murales han sido recientemente identificados, pero su escasez no permite hacernos una idea de la apariencia que podían tener los grandes salones decorados con ángeles, lebreles, personajes históricos o legendarios, etc. Consta que los suelos estaban recubiertos de esteras y que las ventanas solían cerrarse con tela encerada, aunque también hay noticias de vidrieras realizadas por artífices extranjeros para los espacios de mayor categoría.