Roncesvalles
Por Javier Martínez de Aguirre Aldaz
Capilla del Espíritu Santo
En la salida de la población por el camino que conduce hacia Santiago se encuentra la capilla del Espíritu Santo también llamada Silo de Carlomagno por la antigua tradición que la supone edificada por el propio emperador para enterramiento de los francos muertos en la batalla de Roncesvalles. Movidos por la leyenda, durante siglos los peregrinos, especialmente los franceses, han honrado aquí la memoria de los derrotados e incluso han tomado huesos del osario a manera de piadoso recuerdo de sus antepasados. Se trata de la construcción más antigua de las que actualmente integran el complejo hospitalario. Una datación entre 1170 y 1210 parece verosímil.
La capilla ha tenido como finalidad principal servir de enterramiento y oratorio donde rezar por los fallecidos, tanto viajeros como vecinos de la localidad.
El poema del siglo XIII contenido en el códice La Preciosa describe su peculiar configuración: “Este monumento es cuadrado por todos sus lados; la parte más alta está redondeada (o en forma de cúpula) y en su remate hay una cruz, signo de derrota para el príncipe de las tinieblas”. Está constituida por un pozo de mampostería de 8,80 x 8,60 metros de lado y profundidad comprobada de 9 m. Se cubre con bóveda de medio cañón. Sobre él se alza la capilla propiamente dicha, formada por el entrecruzamiento de dos potentes arcos apuntados de sección rectangular. Dispone en su centro de un altar, como también contaban las fuentes antiguas. En torno a este núcleo se organiza un cierre de arcadas de medio punto sobre pilares con moldura marcando la línea de imposta.
Su utilización como osario conecta con la tradición de espacios centralizados con funciones funerarias, existentes desde los primeros tiempos del cristianismo y herederos de obras mucho más antiguas donde también se estableció un nexo entre la planta central y el mundo de la muerte. El pozo y su entorno proporcionaban lugar de enterramiento al que siempre se podía acudir, aún en las circunstancias climáticas más duras, convenientemente apartado de la colegiata pero no tanto como para ser de difícil acceso.
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