Roncesvalles
Por Javier Martínez de Aguirre Aldaz
Vestigios de la Caritat
Entre los elementos monumentales más antiguos destaca el muro del gran hospital que en la Edad Media recibió el nombre de la Caritat. Las donaciones y las rentas recibidas a lo largo del siglo XII permitieron la construcción de un edificio monumental destinado a atender el continuo incremento de peregrinos. Un poema redactado a comienzos del siglo XIII y contenido en el códice La Preciosa señala la existencia de dos casas para enfermos, una destinada a hombres y otra a mujeres, además del almacén, la iglesia y la capilla funeraria. De esos lejanos tiempos queda a la vista un muro de considerables dimensiones (la cimentación del frontero fue localizada hace años en el jardincillo situado entre la casa de beneficiados y la biblioteca). Posiblemente estamos ante los restos del “hospital nuevo” citado en un documento de 1203. Construido con aparejo mediano, el paramento se extiende en dirección Este-Oeste, frente a la puerta principal de la iglesia colegial. Dispone de una puerta tapiada que se asemeja a los vanos centrales del palacio real de Pamplona de finales del siglo XII. Se distinguen igualmente las primeras hiladas de los arcos transversales de piedra, cuatro a cada lado de la puerta. Arrancaban de ménsulas curvas con cimacio liso y sostenían la sencilla cubierta de madera a dos aguas. La superficie del edificio superaba los 500 m2. Su aspecto interior se asemejaría a Itzandeguía, de la que hablaremos más adelante. Este era el tipo más frecuente en las edificaciones hospitalarias medievales navarras, como prueban restos llegados a nuestros días en Larrasoaña, Velate, etc.
El poema de La Preciosa (siglo XIII) menciona la existencia de dos casas para enfermos, una para mujeres y otra para hombres, iluminadas de día por la luz divina y de noche por lámparas tan brillantes que semejaban la luz matutina. Tenía en medio un altar dedicado a las santas Catalina y Marina. Las estancias estaban dotadas de lechos bien dispuestos. Habla también de una despensa repleta de frutos de diversas procedencias. El muro desnudo difícilmente hace justicia al que fue uno de los más importantes edificios asistenciales hispanos de su época.
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