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La catedral de Tudela: el edificio medieval

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El claustro románico: composición y elaboración

El claustro de la catedral de Tudela constituye uno de los conjuntos iconográficos de mayor interés del arte románico hispano. Como se ha comentado, está documentada la existencia de una comunidad de canónigos encargada del culto en Santa María desde 1135, por lo que fue conveniente articular en torno a un claustro las dependencias donde pudieran desarrollar su vida en común. La situación cambió en 1238, cuando se produjo la secularización del cabildo. Como consecuencia, el destino de algunas dependencias fue variando a lo largo de los siglos.

Lo habitual en época románica era iniciar la construcción de los claustros por las galerías oriental y septentrional. Por una parte, interesaba edificar cuanto antes las dependencias de mayor rango, habitualmente situadas en la zona este. Por otra, la elevación de la norte era facilitada por el muro de la iglesia (los claustros generalmente se localizaban al sur de los templos). En Santa María de Tudela, a diferencia de lo normal, existe una considerable distancia entre el claustro y el muro eclesial, hecho atribuible al deseo de compaginar el aprovechamiento temporal de la sala de oración de la mezquita con el progreso de las obras del edificio románico; de ahí que el acceso a las galerías claustrales desde la iglesia se haga a través de un espacio longitudinal que se fue poblando de sepulcros. No obstante, también aquí las dos primeras arquerías edificadas fueron las emplazadas al norte y al este.

La distribución de temas en los capiteles obedece a pautas comunes con otros claustros: los de mayor importancia, con la vida de Jesucristo, ocupan las galerías de mayor rango (septentrional y oriental). Les siguen los de la meridional, que se completa con vidas de santos, y por último los de la occidental, donde se combinan cestas hagiográficas con otras centradas en motivos vegetales, animales e historiados, algunos de carácter simbólico y contenido presumiblemente moralizador.

En las cuatro esquinas del claustro dispusieron gruesos pilares con parejas de semicolumnas adosadas en cada una de sus cuatro caras. Los nueve arcos de las galerías oriental y occidental apoyan alternativamente sobre parejas y tríos de columnas, más un pilar intermedio con una pareja a cada lado. Las galerías oriental y occidental disponen de doce arcos, también alternativamente sobre parejas y tríos de columnas, más sendos pilares centrales con sus correspondientes parejas. Las formas y dimensiones de los capiteles se acomodan al número de fustes que los soportan, lo que dota al claustro tudelano de una interesante variedad en cuanto a composiciones. Los arcos de medio punto fueron decorados con atractivas molduras.

Toda la escultura parece haberse llevado a cabo sin interrupciones significativas, si bien se aprecian diferencias de calidad tanto en la composición como en la resolución de las figuras. En general los personajes muestran un tamaño considerable, de forma que su estatura ocupa desde el collarino hasta el ábaco. Son figuras rotundas, de cabezas grandes, ropajes con plegados abundantes y gesticulación mayoritariamente comedida que, no obstante, enriquece la narratividad logrando que las acciones sean perfectamente reconocibles, como sucede en la resurrección de Lázaro o en la caída de san Pablo camino de Damasco. En ocasiones, la figura principal está colocada en la esquina, como se ve en la adoración de los Reyes Magos, lo que resulta especialmente acertado en los capiteles que coronan grupos de tres fustes. La localización de las escenas en interiores se simboliza mediante la introducción de arcos. Los artífices recurren a distintas soluciones para caracterizar a los personajes: a veces mediante rasgos fisonómicos específicos (como la calvicie de san Pablo), otras mediante atuendos peculiares (gorros y capuchas de los judíos enemigos de Jesús) o gestos que denotan las acciones que realizan.

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aula_abierta_itinerarios_42_bibliografia

MARTÍNEZ ÁLAVA, C. J., Del románico al gótico en la arquitectura de Navarra. Monasterios, iglesias y palacios, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2007.

MELERO MONEO, M.ª L., La catedral de Tudela en la Edad Media. Siglos XII al XV, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 2008.

MELERO MONEO, M.ª L., Escultura románica y del primer gótico en Navarra y Aragón: miscelánea de estudios, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 2012.

VV.AA., La catedral de Tudela, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2006.