La Puerta del Juicio

La portada más impresionante del templo y una de las más ambiciosas de la escultura ibérica coetánea es la llamada Puerta del Juicio, en la fachada occidental. Como ya fue objeto de un itinerario en esta serie, nos limitaremos a comentar aquí brevemente algunos de sus aspectos más interesantes.

Se trata de una obra de notables dimensiones, con tímpano actualmente liso y carente de vestigios de pinturas o mosaicos, por lo que se ha considerado repuesto. Lo enmarcan ocho arquivoltas ligeramente apuntadas sostenidas por las correspondientes columnas con capiteles historiados, ocho a cada lado. Los ángeles trompeteros de las dobles ménsulas hacen pensar que la idea inicial habría reservado el tímpano para un Cristo en majestad cuyos detalles iconográficos serían acordes con el Juicio Final. Originalmente la portada estuvo policromada.

Los capiteles acogen un rico ciclo del Génesis. A la izquierda del espectador, en el lado positivo (a la derecha de la presumible figura inicialmente prevista en el tímpano), ordenados de dentro hacia fuera, se reconoce la creación de los ángeles, del mundo, del hombre y de la mujer, seguida por el pecado de Adán y Eva. A la derecha del observador, en el lado negativo y bajo los condenados del Juicio, las consecuencias de la caída: expulsión del paraíso, trabajo de los primeros padres, escenas de Caín y Abel incluida la muerte de Caín, el arca de Noé y el sacrificio de Isaac. Se completa así un programa formado por el principio y el final de los tiempos terrenales, idea muy querida para el pensamiento medieval.

En cada arquivolta se sucede un número variable de escenas, dispuestas siguiendo los ejes longitudinales; las interiores cuentan con cinco a cada lado, mientras la exterior llega a tener diez a la derecha y otras tantas a la izquierda. La arquivolta interior, la más cercana a la Gloria, está ocupada por ángeles portadores de cetros y coronas. En las restantes, la ordenación sigue principios habituales en el arte medieval; los bienaventurados se colocan a la izquierda del espectador, al lado derecho de la supuesta representación de Cristo del tímpano, mientras los condenados están preferentemente a la izquierda del Señor (derecha del espectador).

En el lado de los bienaventurados se ha reconocido un cierto orden. De dentro hacia fuera tendríamos, en la segunda arquivolta, a Moisés y a Aarón, entre otros personajes; en la tercera, a David y los profetas; en la cuarta, a los mártires; en la quinta y en la sexta, resucitados de diferente condición cuyo destino es el cielo; en la séptima y en la octava, los apóstoles y escenas de coronación de los bienaventurados por parte de ángeles, entre otros personajes merecedores de la gloria. Las escenas del lado derecho del espectador son mucho más caóticas y expresivas, y también las que más interés han despertado por la nitidez y variedad de los tormentos ejercidos por los diablos sobre los condenados, cada uno en función del pecado cometido: avaricia, lujuria, engaño, soberbia, gula, violencia… Unos sufren envueltos en llamas, otros son obligados a ingerir objetos ardientes, otros ejecutan los actos injustos que les llevaron a la condenación, otros cuelgan por sus genitales, otros son mutilados o mordidos por demonios, etc. Sobre el conjunto domina Satanás, que da órdenes a sus esbirros diabólicos.

Las formas de la Puerta del Juicio, al igual que la iconografía, denotan fechas más avanzadas que la escultura del claustro y las portadas del transepto. Resulta indudable la inspiración en obras del primer gótico francés, lo que ha llevado a su datación ya iniciado el primer tercio del siglo XIII.