Clínica San Juan de Dios

Proyecto: marzo 1935

Inauguración: 27 octubre 1943

Ubicación: C. Beloso Alto, 3

En marzo de 1935, Víctor Eusa recibe el encargo de una clínica de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, dedicada a la atención de enfermos. Se trata del último proyecto del arquitecto pamplonés antes de la Guerra Civil, cuya construcción se prolongará desde 1935 hasta 1943, año en el que se inauguró como centro especializado en cirugía y ginecología.

El complejo hospitalario quedó situado a las afueras de Pamplona, espacio propicio para la ubicación de edificios sanitarios, y constaba de tres zonas claramente diferenciadas que conectaban a través de un corredor lineal en dirección oeste-este: clínica, iglesia y convento. En su diseño, Eusa sustituyó su tradicional expresionismo por el racionalismo, lo cual no sorprende si tenemos en cuenta que este lenguaje arquitectónico se había ido abriendo paso en los años anteriores a la guerra y que uno de sus programas más queridos era el sanitario, de forma que, junto a la vivienda, los hospitales se cuentan entre los ejemplos más señeros de la arquitectura racionalista.

Partiendo de estas premisas, el edificio muestra una clara organización funcional a partir de su planta en forma de U, en la que las habitaciones ocupan las alas laterales y los servicios la parte central. La entrada se produce a través de un vestíbulo semicircular dispuesto en el eje de simetría, frente a la escalera. El resto de edificios anexos, la iglesia y el convento, conectan con el principal a través de un corredor principal, pero se muestran autónomos en composición y materiales.

En alzados, Víctor Eusa despliega tres plantas, con las dos alas de la U destinadas a las habitaciones y balcones corridos en toda su longitud, a ambos lados de un pasillo central que desemboca en una terraza-mirador de forma semicircular. Los servicios generales ocupan el espacio central, a uno y otro lado de la escalera. Tanto el predominio de la línea curva como los balcones corridos y los remates semicirculares confieren al conjunto una estética racionalista, en la que diseñará igualmente otros edificios de la época, como el desaparecido chalet de Secundino Erroz en el barrio de San Juan (1933), el Club de Tenis (1933) o el chalet de Félix Ros en Huarte (1936), todos los cuales remiten a la arquitectura del alemán Erich Mendelsohn, que buscó un punto de encuentro entre racionalismo y expresionismo.