Proyectos del siglo XVIII

• 1704: se construye la casa del capellán

• 1718-1720: adorno con yeserías cuyo coste ascendió a 210 reales (albañil), 1.249 (tallista), 176 (bultos), 458 (pintor), 770 (colores), 108 (blanqueador) y 75 (andamios).

• 1721: construcción de la cerca.

• 1726: retablo mayor.

• 1747: pleito con las Carmelitas Descalzas

• 1753: el obispo pide al rey terrenos lindantes a la basílica para la construcción de una casa de ejercicios y un seminario de nobles con su iglesia. La basílica resultaba pequeña, en la casa vivirían media docena de jesuitas. El obispo tenía consentimiento del general y aportó 4.000 pesos para el proyecto.

• El Ayuntamiento informó favorablemente, pero no las Descalzas.

• Se dio el terreno.

• 1760: proyecto romano para hacer nuevo el templo.

• La llegada de Carlos III se tradujo en 1760 con la anulación de la propiedad del terreno.

• 1767: expulsión de los jesuitas.

Los últimos años de la presencia de los jesuitas en Pamplona estuvieron marcados por el intento de levantar junto a la basílica una casa de ejercicios y un seminario de nobles. La oposición de las Carmelitas y la llegada al trono de Carlos III frustraron el proyecto, para el que se requirieron planos de Roma. El famoso padre Sebastián de Mendiburu ya tenía apalabrada la cantidad de 20.000 pesos.

El proyecto romano para la basílica de San Ignacio de Pamplona se documenta hacia 1760 en la siguiente carta del padre Eugenio Colmenares al provincial de Castilla, que por su interés transcribimos completa:

Mi P. Rector, he consultado lo que toca a la fábrica de la basílica y a todos los Padres les ha parecido bien la idea, y que se empiece la fábrica con esos caudales, siguiendo la planta que vino de Roma. Solo les ha parecido que convendrá se empiece la fábrica antes de derribar la capilla antigua por la parte que cae hacia la puerta de las religiosas Carmelitas Descalzas para allanar que no haya oposición en la dicha obra. Asimismo, se procure ir de acuerdo con el virrey y el gobernador de la plaza para que no salgan después si embaraza o no embaraza o impide el manejo de las fortificaciones y se vean vuestras reverencias embarazadas en algún pleito. Y, finalmente, que no se diga han de vivir allí de asiento jesuitas que formen comunidad, sino que irán desde el colegio a dar los ejercicios cuando haya ejercitantes, no sea que las comunidades se revuelvan. Y se hallen vuestras reverencias sin proseguir la obra y sin capilla si se derriba desde luego la antigua. Supongo que vuestra reverencia prevendrá todos estos inconvenientes y los que puedan ocurrir.

Quédeseme vuestra reverencia con Dios que le guarde muchos años, como suplico. Valladolid y enero, 25, de 1765

Muy afectuoso servidor de vuestra reverencia, IHS, Eugenio Colmenares.