Monasterio de Tulebras
Claustro
El claustro fue otro de los espacios del monasterio que en el siglo XVI que fue cubierto con bóvedas de crucería. La cubrición nervada se debió a la iniciativa de la abadesa Doña Ana de Beaumont, bajo cuyo mandato en la década de 1520 el maestro Francisco el Darocano la construyó. Las bóvedas nervadas se apoyan en ménsulas suspendidas a mitad de muro según es característico del Cister. Los arcos externos de la galería claustral son obra nueva mientras que en los muros internos del claustro se conservan restos medievales, especialmente en el muro de la iglesia. En él se encuentra una portadita de acceso al interior de aquélla. Esta es una portada con esquema sencillo, compuesta por dos arquivoltas sobre pares de columnas acodilladas con capiteles de hojas de palmeras, volutas, piñas e incisiones. También se conservan algunos otros restos medievales tales como una arquería sobre dobles columnas y vestigios de un sepulcro gótico adosado al muro bajo arco apuntado, todo ello muy restaurado.
La ornamentación del claustro consiste en claves en las que encontramos desde motivos geométricos y vegetales hasta elementos renacentistas como la venera y las cabezas de querubines con alas.
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