Dormición de la Virgen

En la tabla central del retablo se representa el tema de la Dormición de la Virgen, cuya composición se complica, con la presencia de una multitud de figuras, los Apóstoles y sirvientas, rodeando a María yaciente. Los personajes se disponen alrededor del lecho pero dejando que destaque la figura de la Virgen. Para acentuar ese efecto se eleva el lecho al tiempo que se hace descansar el cuerpo de María en altos almohadones de decorados bordes.

La estancia adornada con un gran dosel, que se abre dejando ver al fondo una ventana, donde se distingue a San Pedro. Éste que preside los funerales; ocupa un lugar central y elevado como le corresponde por ser el primero de los Apóstoles, culminando de esta manera la composición.

Junto a él, e inclinándose sobre la Virgen está San Juan representado a la manera italiana y rafaelesca, que se percibe en el rostro bello e idealizado y los gestos que muestran un gran dramatismo compartido por el resto de los personajes. La Virgen cruza elegantemente sobre el pecho sus finas y alargadas manos y su rostro sereno contrasta con el dramatismo dominante del cuadro.

El colorido de esta tabla, de gran riqueza, se observa en el contraste de los verdes del fondo con los rojos del cubrecama, destacando de forma especial el color tornasolado de los ropajes de San Pedro, pasándose del rojo al verde y de éste al malva.