Retablo mayor de Irurita

Particular importancia en la recepción del academicismo tuvo el monumental retablo mayor de la parroquia de Irurita. Martín González y María Teresa Cruz Yábar documentaron el diseño de José Hermosilla para este retablo en 1770. El 7 de junio de 1770, don José Ignacio de Goyeneche, cuya madre residió en Irurita, escribía a don Vicente Pignatelli significándole que en el lugar de Irurita se proyectaba realizar un retablo “de muy considerable coste” para su iglesia parroquial. A tal efecto había confeccionado un diseño Juan José de Echarri, que se remitía y fue rechazado.

El autor del diseño definitivo fue José Hermosilla (†1776), uno de los maestros de obras más importantes del reinado de Carlos III, junto a Francisco Sabatini y Ventura Rodríguez, pasando primero por el cargo de capitán de ingenieros del rey y culminando su carrera como director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. De entre todos sus trabajos cabe destacar la remodelación y ornamentación del Paseo del Prado (1767-1784), considerada la obra más importante del reinado de Carlos III, aunque fue concluida por Ventura Rodríguez. De gran parte de la escultura se encargó Alfonso Bergaz, que afirmaba en un memorial a fines del siglo XVIII: “Para la Villa de Irurita Reyno de Navarra dos estatuas, el patriarca san Josef y san Francisco Javier del tamaño natural; así mismo cinco medallas, una del nacimiento del Hijo de Dios, ídem el Bautismo de Cristo, san Eutropio Obispo, san Juan bautizando a Cristo, san Lucas y san Juan Evangelistas”. Relieves y bultos evidencian cierta frialdad si los comparamos con las esculturas de Carmona de Azpilkueta o Lekaroz.

El retablo se conserva in situ y resulta, por su clasicismo y depuración ornamental, una pieza extraña en la Navarra de aquellas décadas. Esa estética fría, calculada y numérica del retablo no debió de gustar mucho, pues las alas laterales, construidas de inmediato, volvieron a los alegres y movidos diseños del arte rococó, igual que ocurrió en los retablos colaterales de la Virgen del Rosario y de San Joaquín de la misma parroquia. Este último fue contratado en enero de 1776 con Pedro José Irisarri, maestro arquitecto “de toda pericia”, residente en Igantzi, por la cantidad de 380 pesos. La imagen del Rosario, su titular, firmada por Juan Domingo Olivieri (1749), había sido costeada por los hermanos José Ignacio, Tomás y Pedro Francisco Goyeneche para satisfacción de la devoción de su madre, María Martiarena, que vivía en el palacio de la citada localidad desde que su hija María Teresa contrajera matrimonio con el palaciano de Irurita.

Del programa iconográfico del retablo mayor hay que destacar la presencia de una gran escultura de san Eutropio y de su martirio, confundidos ambos como si se tratase de san Fermín. San Eutropio de Saintes, evangelizador de las Galias, tuvo culto en Navarra tanto en la iglesia de Zibiurutia en Puente la Reina, donde era titular, como en algunas localidades como Uztarrotz (Egüés), donde preside su retablo del siglo XVI, y Lesaka, donde ha gozado hasta tiempos recientes de gran culto popular por ser protector del mal de la hidropesía. Su presencia en Irurita amplía la difusión de su culto, traído sin duda por los francos a estas tierras.